REGISTRO CIVIL

23/09/2013
7:48:38

Con motivo de la digitalización, la empresa que hizo el trabajo, al confeccionar los índices, omitió sistemáticamente toda tilde en nombres y apellidos, figurasen o no en las inscripciones y en los índices hechos a mano. Esto solo tendría justificación, quizá, si en las actas no estuviesen puestos. En otro caso, además de suponer una inexactitud con los nombres y apellidos realmente inscritos, constituye un flagrante defecto ortográfico, y no solo eso, sino que además conlleva una pronunciación incorrecta de algunos nombres o apellidos, o una imprecisión de su acentuación hablada. En algún caso alguna persona que ha intentado que le hagan el D.N.I. con sus tildes correctas ha recibido la respuesta de que al no constar en la certificación del Registro, ellos no pueden consignarlas en el D.N.I.
Aunque tal postura sea discutible, hay que reconocer que con arreglo a la LRC el Registro constituye la prueba de los hechos inscritos (art. 2 LRC.), y es su objeto expresamente el nombre y los apellidos de las personas (art. 1, 3.º LRC.) Es decir, que los nombres propios y los apellidos de la gente los determina el Registro, es su constancia en el Registro la referencia, y cualquier divergencia ha de resolverse tomando como modelo y como guía la mención que de los mismos hace el Registro.
Debemos ser conscientes de esta importancia que tiene el Registro, seamos funcionarios judiciales, de la Administración general, o empleados. Tenemos a nuestro cargo el original, el canon, la plantilla de donde surge cualquier expresión de tales datos. Hay que "ponerse las pilas" para consignarlos bien, puesto que lo que consta en el Registro trascenderá a cualquier otro documento o base de datos.
Pues bien, aunque podría pensarse que la mala confección de los índices es irrelevante, porque la imagen digitalizada que constituye la base de una certificación literal seguirá saliendo tildada si así está en el libro escrito a mano, nos encontramos con el inconveniente de que cuando cotejemos una certificación literal de estas actas con otras plurilingües o en extracto de la misma, aunque todas sean certificaciones auténticas, aparecerán versiones diversas de los mismos nombres y apellidos. Y ello porque los índices digitalizados no son meras herramientas instrumentales sin influencia en el contenido de las actas, como puede parecer a primera vista: esto es falso. Tal expresión de nombres y apellidos los tiene el sistema y los emplea en las actas y en las certificaciones: cuando realizamos una inscripción de sentencia de divorcio, por ejemplo, la plantilla toma los nombres y apellidos directamente de dicho índice, y si están mal escritos, así los consigna en la nueva inscripción marginal (mal); también se produce el mismo efecto en una certificación plurilingüe o un extracto (mal también).
Hay gente que piensa que las tildes no importan, o que no son obligatorias en las mayúsculas. Están equivocados. Una sencilla consulta del Manual de Ortografía de la RAE, o del Diccionario Panhispánico de dudas –que recoge la decisión normativa, ¡ojo!, de todos los países hispanohablantes, y no solo de España-, resolverá la posible duda al respecto. Nuestra lengua común tiene la virtud de ofrecernos de modo prácticamente perfecto la correspondencia entre escritura y pronunciación, de modo que cualquier vocablo bien escrito podemos leerlo bien aunque no lo hayamos oído nunca. Pero si está mal escrito por omisión de tildes, la pronunciación empieza a ser incierta y aventurada. Por eso, por ejemplo, podemos pronunciar bien si están bien escritos nombres y apellidos como Lucio/Lucío, Gomariz/Gomáriz, Ferre/Ferré, Andúgar/Andugar, Sola/Solá, Noemi/Noemí, Abella/Abellá, etc., y no digamos ya los topónimos de poblaciones…
 
Es posible corregir en el Registro una por una las palabras que como nombres y apellidos figuran en los índices digitalizados, pero hay que ser un Santo Job, puesto que hay que pulsar el ratón continuamente, y el teclado: administrador, criterios de búsqueda, detalle, detalle, corregir, guardar, aceptar, volver... para cada registro. Y se cuentan por miles.
¿Alguien sabe si es posible otro modo de hacerlo? (por ejemplo, listados en los que con el tabulador se pueda ir corrigiendo y saltando, y aceptar el trabajo por conjuntos, y no uno por uno).
Gracias.